MI EQUIPO DE BARRIO: PARTE IV (LA FUSIÓN)

Lo que viene a continuación es una parte de la historia en la que decidimos dejar de lado algunas anécdotas que tal vez y vuelvan entre líneas pronto.

Don Francisco nos buscó por aquellos días en los que buscaba un equipo al cual auspiciar en el costoso campeonato que se organizaba en el coliseo del barrio.
Don Francisco, era y es hincha del Atlético Chalaco y quería que defendamos sus colores y nos dejemos de llamar Deportivo Malecón por esta vez.
Y así fue. Malecón fue Chalaco y Chalaco se hizo con la gente de Malecón.
Sí, con esos muchachos que cada vez se inclinaban más por el fullvaso, pero que decidieron volver esta vez para sacarse el clavo y abandonar de una vez por todas el panteón de aquellos que nunca lo pudieron lograr.
Inscripción en mano, Don Francisco nos incribió, nos otorgó las camisetas, chalecos, medias y canilleras.


No era fulbito, era futsal. Teníamos algo de experiencia en futsal, ya que no podía haber contacto, lo que le permitía a Javo utilizar las manos que Dios le puso en los pies sin pensar en las faltas o patadas de algún rudo rival.
El futsal le permitiría también a Coco desahuevarse y ponerse de una vez por todas esa cinta de capitán que siempre le había pertenecido por ser socio fundador de este sueño que comenzó hace siete u ocho años.
Jhon volvía al equipo con su desdoblamiento por la banda como principal herramienta.
Giuseppi era una alternativa los cuarenta minutos del partido, y Juan tenía la respuesta cada vez que los goles se ausentaban.
Loba llegó con Javicho. Javicho, un tipo frío, pero con vocación de goleador en todas las canchas.
Jesu había llegado un campeonato antes y nos hizo olvidar a Jose Julio en cuestión de minutos.
Utia era mi recomendado y lo traje despues de negociar sus pasajes cada vez que viniera.
Renzo era parte de ese proyecto que se me metió en la cabeza hace un par de campeonatos. Estaba obsesionado por sacar una nueva promesa cada campeonato y sabía que podía ser esa promesa que tanto había buscado.
Oscar era el arquero cuando Coco no venía o cuando yo decidía castigar a Coco por sus tardanzas.

Debutamos contra un equipo de nombre Defensor Ronald.
Éramos favoritos dentro del papel y los fuimos en la cancha. Aquella noche ganamos por tantos goles que perdí la cuenta en cuestión de horas.
Luego vino un equipo de Ventanilla que pretendió ganarnos, pero se quedaron en el camino.
Después vendría Aplaussen, un equipaso de esos equipos que te tocan el balón, pero que se les puede ganar con concentración 6 - 3 como nosotros lo hicimos esa noche.
Elegantes vendría con el título de campeón en la frente.
11 goles se llevó mi amigo Piercarlo, arquero de Elegantes, esa noche a casa.
Cerraríamos la eliminatoria contra la Universidad del Callao, un equipo con chispasos que nos tenía que meter doce goles para pasar ellos como primeros y nosotros como segundos. Le ganamos a la Universidad del Callao y el sueño prometió continuar la siguiente ronda.

En octavos de final ganamos 5 - 0. En cuartos de final nos correspondería jugar con Universitario de Deportes, un grande contra un Chalaco que había parecido desaparecer, pero que ya estábamos comprometidos con hacerlo volver.
Le ganamos a la "U" hace dos días. Aquella noche me impacient y de ir ganando 4 - 0, se nos pusieron 5 - 4.
Cuando el pito sonó, Coco se echó a llorar sobre el campo y Loba no tardó en tirárse encima a compartir emociones. Recuerdo que en ese momento dejé de lado el traje entrenador y me transformé en el barrista de los inicios.

Estamos en semifinal. La próxima semana llevaremos nuestros sueños al Coliseo de La Videna y buscaremos el mismo anhelo que compartimos hace más de siete años: DAR LA VUELTA...

Metafórico Intenso. El Autor - Renzo F.