Aquella noche sería el partido de despedida de Juan. Un día antes habíamos perdido esa final que tanto sueño me quitó. El resultado fue 3 - 1 y no voy a escribir nada al respecto porque esa noche merecimos perder porque sólo hubo un equipo en la cancha y ese fue el rival.
Juan se iría dos días después a España y casi todos nos dimos cita para jugar nuestro último partido junto a él. A pesar que estaba lesionado, Juanito se divirtió como siempre y olvidó por unos instantes que la despedida estaba cerca.
Recuerdo que nadie quería que el partido acabe, tanto así que tuvieron que apagar las luces de la cancha para sacar a los muchachos. Fue en ese momento en el que encendí la cámara y me propuse captar todo lo que pasara en adelante...
Fuimos a ese parque que tanto ha cambiado desde los primeros años de esta historia.
Ese parque donde todos jugaban a meter la pelota entre las bancas y que hoy es espacio para nuevos niños con nuevos sueños que contar en algún momento.
- Bueno tomemos las fotos de una vez, dije.
Giuseppi interrumpió y dijo que iría a su casa en busca de todas las camisetas que habíamos utilizado a lo largo de esta historia.
Dicho y hecho. Cinco minutos después, Guiseppi estaba de vuelta y traía consigo camisetas que hasta yo mismo me había olvidado que algún día habían sido nuestras. Las colgamos en una reja y la gente se perfiló para la que sería tal vez la foto más esperada de la historia.
Fotos por aquí, fotos por allá y tuvimos la gran idea de firmarle una camiseta al goleador que abandonaría el sueño en cuestión de horas. Le regalamos a Juan una camiseta firmada por todos, camiseta que en este momento ya debe estar en tierras españolas.
Después de dos horas llegó el momento de la despedida. Los que no lo verían más se despidieron, mientras que los que lo iríamos a ver al día siguiente a su casa no lo hicimos por tratar de no resignarnos a su partida.
Juan ya debe estar en España respirando ese aire que le gustó siempre.
Coco negocia su traspaso a Cabitos y de esta forma poder atajar en la primera división del futsal profesional.
Giuseppi sigue en la plaza siempre a las tres de la tarde, pero ya no como un niño fulbitero, sino como un trabajador del municipio local.
Miguel sigue viniendo por las noches con su carro que más parece movilidad escolar por cuestiones pederásticas.
A Javo se le ve de vez en cuando en el paradero, pero siempre retribuye con un saludo y una sonrisa que nos hace sentir que no nos ha olvidado.
Loba sigue siendo un frío a la hora de las celebraciones y cada vez son más las camisetas que besa.
A Oscar siempre se le ve los viernes o sábados con una cara de querer celebrarlo todo.
Koki volvió a los patines como cuando era más chibolo y más individualista de lo que pudo ser a la hora de dar el pase.
A Renzo lo volveremos a ver en cualquier momento cuando las olimpiadas o algún campeonato estén cerca.
A Jhon se le ve una o dos veces por semana negociando su pase a otro equipo con un sandwich en la mano, pero lo que no saben los negociadores es que "el chato" se quedará con nosotros un año más.
Sinceramente no sé si habrá una próxima vez en la que nos juntemos para volver a intentarlo.
Sinceramente no sé si la próxima vez cuenten conmigo a la hora de las decisiones.
Sinceramente me he emocionado y lo único que puedo decir es que... ESTE ES EL FINAL DE LA HISTORIA QUE MÁS ME GUSTÓ ESCRIBIR.
TODOS VUELVEN...
TODOS VUELVEN A INTENTARLO...
Metafórico Intenso. El Autor - Renzo F.
PD: Malcon, Javier y Jesu volvieron a sus barrios con la promesa de volver. Pato es la nueva adquisición.
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