Todo comenzo la mañana del 12 de Mayo en la carrera 7.3K del INABIF.
Minutos antes de iniciar el calentamiento, Antonio Orjeda me presentó a Daniel, uno de los organizadores del evento que a simple vista parecía uno de los hombres de confianza de la ministra.
Antonio fue una de las figuras representativas en aquella maratón y Daniel pasó a ser un desconocido segundos después de que le estreché la mano.
Esta mañana en el trabajo recibí la orden de cubrir un acontecimiento más de los tantos que cubro desde que comencé a tratar de hacer las de periodista.
Me tomó tres minutos y un cigarillo caminar las tres cuadras para encontrar en el lugar asignado a Antonio, Daniel y doce niños con habilidades especiales.
Fue así que descubrí que Daniel no era uno de esos chacales de la ministra, sino el enfermero a cargo del Hogar Matilde Pérez, casa que alberga desde hace un buen tiempo a niños especiales con problemas neurológicos severos.
Daniel tenía la misma sonrisa que aquella mañana en la carrera y no dejaba de agradecer lo que Antonio había hecho por sus niños, trayéndolos a conocer esta península que tanto me comenzó a gustar hace tiempo.
- Era un niño cuando vine por última vez. Este lugar es precioso, me dijo Daniel mientras empujaba una silla de ruedas llevando a uno de sus niños.
Atiné a sonreírle mientras seguía pensaba en donde estarían los padres de esos niños.
Cuadras más allá me le acerqué a una enfermera de las que acompañaron a Daniel en esta visita y le pregunté si todos ellos eran voluntarios.
-Cualquiera puede ser voluntario y si te animas sería genial, me dijo mientras me seguía metiendo en esta historia que me cambió la vida desde esta mañana.
- Estos niños no tienen padres. Tenemos 102 de estos niños en el albergue, el menor tiene días de nacido y fue abandonado debido a su problema,mientras que los mayores siguen esperando por una familia, me dijo otro enfermero cuando le pregunté la edad de Leo, un muchacho que tiene veintidós años, pero que parece de diez.
Ahí descubrí la cruda realidad, esa cruda realidad que todos en el Hogar Matilde Pérez han olvidado porque se quieren como hermanos.
Una realidad que hace a algunos insensibles y a otros los hace héroes.
Porque Daniel y sus enfermeros son héroes que eligieron dedicarle su vida a estos niños con habilidades especiales.
Porque el Perú no son solo nuestros hijos, sino todos los niños que pueden estar jugando en un parque de diversiones o pidiendo pan en un semáforo.
Porque el Perú son también esos niños que pueden correr por los jardines, los que no puede caminar, los que pueden gritar y llorar, los que nisiquiera pueden hablar, los que tienen una familia, los que no la tienen, los que viven en la casa de al lado o los del albergue del INABIF.
Prometo visitarlos pronto...
Metafórico Intenso. El Autor - Renzo F.
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