Al abrir la puerta descubro el desorden en el que vivo acostumbrado, pero que tanto extraña el entorno por el que era rodeado.
Tarde, tarde como para pensar, pero no tarde para creer haber olvidado cuando en realidad es lo contrario.
Se acabaron los tiempos de risas en grupo, el sonido de las cartas, el resfrío a causa del frío y algunas cosas más.
Tal vez un mal momento para que la presión termine en depresión, pero un buen momento como para decir que sigo aquí viviendo y sobreviviendo a la misma vez.
Porque así son mis días desde mi propia partida y desde que recurrí a mí mismo para solucionar cualquier batalla, y vaya que batalla.
Batalla porque la guerra recién ha comenzado y promete acabar con el final de todo por más absurdo y redundante que parezca.
Veo el final lejos y con cien o doscientass caídas antes de llegar. Pero no importa, aprendí a través del tiempo a que las caídas son emocionantes cuando terminan en recuperaciones.
Sé que caeré nuevamente pronto y no estará el mismo entorno dispuesto a darme una mano.
Tal vez por ese motivo es que desde hace poco me preparo siempre para lo peor y lo que viene después.
Soy un extraño que extraña. Que extraña la rutina que fue arrebatada por la aventura de la que jamás estará arrepentido, pero que en días como hoy me produce eso que todos le llamamos NOSTALGIA...
Metafórico Intenso. El Autor - Renzo F.
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