Esta noche, cuando recogí una maleta con ropa de la casa de Raquelita, lo hice para llevarla a mi cueva, ese lugar donde resido y que esconde entre sus paredes cada uno de los recuerdos, secretos y sueños de este sujeto tácito que no tiene ganas de ser expreso.
Es así que comencé a jalar la maleta de rueditas que sinceramente no me pesó tanto debido a mis rutinas post almuerzo en el gimnasio municipal.
En la esquina me esperaba el primer comentario que citó a los recuerdos:
- ¿Qué llevas ahí? ¿Llevas a tu enamorada?
Estallé en risa y sonrrojé. Fue en ese momento que intervino otro personaje y pateó la maleta para ver si alguien se quejaba por el golpe en su interior.
Craso error. Quedó claro entonces que estaba transportando ropa.
En la tienda me esperó un comentario desalentador:
- ¿Ya te botaron?
- Hace tiempo que me fui por mi cuenta - respondí orgulloso de mi independencia-.
Más allá me esperaba el tercer comentario con nombre incluído. Justamente fue ese el que me golpeó la cabeza y me hizo recordar lo inrecordable. Pero esta vez me tocó recordarlo con una sonrisa. Con una de esas sonrisas que dicen que "lo que no es en tu año, no hace daño"
Y es que es difícil desplazar una maleta por la calle y que la gente te crea que llevas ropa y no a una mujer en su interior.
Y es que no es fácil haber sacado de casa a una ex novia en una maleta para no ser descubierto y que las jodas no continuén por los siglos de los siglos.
Atte.
"Maletita"
Metafórico Intenso. El Autor - Renzo F.
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