sábado, 4 de agosto de 2012

CALCULANDO EL INSOMNIO

Los buena música y los cigarrillos me han hecho adicto a la madrugada.
Una madrugada que siempre acaba al promediar las cuatro cuando cierro los ojos con tanto sueño y no muchos sueños para pensar.

Siempre, pasada la medianoche se va el buen humor recaudado con la rutina y le cede la posta a la nostalgia, una nostalgia que no tiene motivo ni protagonista, pero que al fin y al cabo es nostalgia.
¿Soledad? Imposible, si jamás me he sentido solo.
¿Depresión? Tampoco, pues la sonrisa es mi mejor herramienta
¿Cojudez? Es lo más probable.

Soy noctámbulo. Si, esa debe ser la razón de estos días que terminan cuando la gente normal casi empieza otro.
Noctámbulo por las malas costumbres. Una de ellas pensar con la luz apagada, durmiendo para el resto, pero pensando para mi solo.
Malas costumbres que me encantaban, pero que me han comenzado a aburrir.

Me aburro rápido y me canso mucho más rápido. He ahí mi peor defecto, creo.
Estoy harto de haber hecho lo mismo desde hace algún tiempo hasta aquí.
Harto de calcular lo incalculable y por las mañanas despertar con el falso lema de "Veamos que me depara este día", cuando realmente yo mismo ya lo había calculado el día anterior.

Saben, traté de combatir mi insomnio hace algunas noches. Pero los cinco sueños que tuve esa vez, y que por cierto ya olvidé, no son dignos de repetirse.
Tan irrepetibles que busco cansarme hasta donde pueda para dormir sin soñar.

Justo anoche conversaba con unos amigos que decían que escribir este tipo de columnita en la que uno narra algunas cosas puede ser objeto de estudio de siquiatras y similares.
Tranquilo, doctor. Yo ya calculé que moriré a los cuarenta y dos...

Pero esa es una historia ya contada anterioremente...

Apago el cigarrillo. 

Metafórico Intenso. El Autor - Renzo F. 

Sé que a veces es aburrida "la experiencia de este autor".
Pero esta vez era justo y necesario. Sobretodo necesario.










No hay comentarios:

Publicar un comentario