viernes, 15 de julio de 2011

JULIO

A Julio lo conocí al primer o segundo día de universidad.
Era el extraño de atrás, aquel gordo rudo que uno pensaba que lo iba a golpear por tan solo mirarlo.
Julio y yo no nos conocimos en el salón, sino en el paradero.
Yo hablaba de amor con Naza mientras íbamos rumbo al Metro de Pershing. Fue en ese momento en el que Julio llegó a nuestras vidas con una frase célebre de las tantas a las que me ha acostumbrado desde aquella mañana.
Desde aquel día nos volvimos inseparables.
Lágrimas, gritos, peleas, sonrisas, muecas, cervezas, canciones de Daniel F, amores frustrados, amores platónicos y morbosidades en una combi han sido solo algunas de las cosas que hemos compartido en estos casi dos años.
Dos años en los que nunca sentí en alguien tanta confianza como la siento en Julio.
Julio me enseñó un curso que se llama amistad, donde los amigos son tus principales críticos y donde no hay mal que por bien no venga.
Porque sí, Julio es mi mejor y único amigo desde hace bastante tiempo y me siento terriblemente mal de saber que esta noche que es la noche de su cumpleaños, no lo veré y nisiquiera tengo su teléfono para llamarlo por estupideces mías de cambiar de celular por motivos de fuerzas mayor (robos pérdidas) cada tres meses.
Es mi único amigo porque amigos como Julio solo se encuentran una vez en la vida. Son de aquellos que extrañas, que lamentas no poderlos ver, pero que tienes la seguridad que pronto el destino los volverá a juntar en cualquier esquina de la ciudad.


"La distancia nos ha declarado la guerra" - como diría Daniel F, uno de los favoritos del gordo.
Porque sí gordo, "la distancia nos las declarado la guerra" hace buen tiempo, pero...esa distancia que me tiene a mí de un extremo de la ciudad y a tí de otro, no es lo suficientemente fuerte como para evitar que te diga: FELIZ DÍA, HERMANO.

Metafórico Intenso. El Autor.


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