Voló el hombre de media década que tenía el alma de niño.
Voló como y con su cometa para buscar el cariño de su inseparable madre en terreno celestial.
Voló con su tierna sonrisa dejándonos como tarea la capacidad de recordarla por siempre.
Voló sin despedirse, pero dejando un buen recuerdo de su persona.
Voló con su amabilidad, con su compañerismo, con sus globos y con su balón.
Voló para dejar vacía la ruta La Punta - Callao en busca de tan solo una pelota.
Voló sin su clásica canasta porque la dejó como recuerdo.
Voló para dejar su irremplazable vacante en los concursos de cometa.
Voló agradeciéndole a cada una de las personas que lo consideraron desde siempre.
Voló dejándole un beso imaginario a Maritza y a cada uno de sus compañeros con habilidades especiales que lo hicieron reir más de la cuenta.
Voló feliz, en busca de su madre. Una madre que se le adelantó quince días y que decidió llevárselo para cuidarlo con ayer, hoy y siempre.
Nunca te olvidaremos, Ricardo o mejor dicho, "amigo Richard".
La península está más tranquila que siempre. Y es que Richard ya está a buen recaudo.
Metafórico Intenso. El Autor - Renzo F.
No hay comentarios:
Publicar un comentario